El Jockey Club San Salvador celebra en
este 2020 sus Bodas de Oro. El jueves 9 de julio cumplió sus primeros 50 años
de trayectoria. Una historia llena de vida, dedicada al turf, las bochas y la
actividad social.
El Jockey Club surgió luego de la
disolución de Nuevos Rumbos, tanto es así que lleva sus mismos colores.
Antes de producirse el desenlace de la
institución dedicada al fútbol, un grupo de bochófilos pretendía sumar la
actividad turfística a Nuevos Rumbos, lo que no fue aceptado.
El fin principal de las carreras era
encontrar una salida a la situación económica que no era buena por esa época.
Rápidamente se reunieron Deliz
Arlettaz, Hermes Blanc, Elbio Arlettaz, Remigio Rodríguez, Hugo Joannáz, Tito
Martín Gerard, Oscar Nis y Julián castro.
El 9 de julio de 1970 se nombró una
comisión provisoria que le dio vida al Jockey Club San Salvador, la que tuvo
estos nombres. Presidente, Deliz Arlettaz; vicepresidente, Víctor Carpanelli;
secretario, Rafael Joannaz; tesorero, Hermes Blanc; protesorero, Elbio
Celestino Arlettaz; vocales: Mario Gerard, Felipe Sereno, Julián Castro, Oscar
Niz y Hugo Joannáz.
Más adelante, con la normalización de
los trámites que indicaba la ley, se conformó oficialmente la primera comisión
directiva, de la siguiente manera:
Presidente, Deliz Arlettaz;
vicepresidente, Elbio Bernardi; secretario, Rafael Joannaz, tesorero, Hermes
Blanc; protesorero, Elbio Celestino Arlettaz; vocales: Mario Gerard, Felipe
Sereno, Julián Castro, Oscar Niz y Hugo Joannáz.
El Jockey Club tuvo su época de
esplendor con la realización de grandes jornadas turfísticas, tanto que fue el
centro de grandes clásicos de la provincia.
Luego construyó su sede social, la
cancha de bochas y más tarde el salón de fiestas, que ha sido el centro de
innumerables acontecimientos sociales de San Salvador. El salón lleva el nombre
de Luis María Gerard, ideólogo y visionario de su construcción y un dirigente
de enorme entrega a la institución.
Más cerca en el tiempo, el Jockey Club
transformó su cancha de bochas en la primera y única con piso sintético en la
ciudad. La misma fue posible con aportes propios y de subsidios de la
provincia. La inauguración se cristalizó en noviembre de 2018, con la presencia
del intendente Marcelo Berthet, el senador Lucas Larrarte, y el P. Marcelo
Krenz, que realizó la bendición de la nueva cancha y se dio el gusto de arrimar
la primera bocha en la flamante cancha.
Grandes jugadores han tenido el club a
lo largo de su historia, varios de los cuales han tenido la posibilidad de
representar a San Salvador en los torneos provinciales y nacionales, cosa que
en la actualidad siguen haciendo.
Un saludo especial para todos los que
iniciaron este camino, lo continuaron y aún hoy mantienen vigentes las banderas
aurinegras en San Salvador.
Este año, debido a la pandemia del
coronavirus no pudieron festejar como se merecían estos 50 años de vida, lo que
seguramente sucederá en el futuro, como lo han venido haciendo desde hace
muchos años todos los 9 de julio.
LOS REMATADORES
Su voz era el sonido que le fabricaba
el ambiente previo a cada carrera. La iracundia con la que ejercía la locación
ante el micrófono y la fuerza con que golpeaba el final de cada remate, hacían
que hasta las carreras menos importantes encuentren la motivación de los
burreros.
De su trabajo dependía mayormente la
gran masa de apuestas que engrosaba cada premio. Los que compraban remates lo
seguían y compartían con él los códigos del momento. En cambio, los que se
jugaban por los boletos lo iban a escuchar, “para tantear el ambiente” y tener
la justa medida de cual caballo era el favorito y cuál el probable batacazo.
Hasta el caballo menos pintado y que
se colocaba “de relleno” parecía un gran candidato en la voz del rematador. Su
destreza le permitía inflar las deprimidas preferencias de algunos y mantener
el entusiasmo de los que se venían colocando bien.
Desde el comienzo del Jockey Club San
Salvador fue Elvio Bernardi el encargado de ese trabajo.
Lo desempeñó hasta su muerte en 1987 y
se lo recuerda como toda una institución en la materia. Fue vicepresidente de
la primera comisión directiva, pero al poco tiempo renunció para desarrollar su
trabajo como rematador.
Gran parte de su actuación tuvo como
escenario el campo de Lovatto y posteriormente trasladó su voz y su destreza al
terreno que arrendó el Jockey a la vera de la ruta 18. Desde siempre tuvo como
colaborador a quien se transformaría luego en el sucesor, su hijo Julio
Bernardi.
Él fue el encargado de animar cada
jornada durante muchos años, y seguramente mucho aprendió de su padre, de quien
tomó muchos tips hasta transformarlo en uno de los mejores de la provincia de
Entre Ríos.
Fernando Rodríguez.
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