SPORTIVO 1985: Jimmy Lampley, Horacio Rivero, Facundo Luna, Eduardo Jacobo, Eduardo Espósito y Fernando Schmukler. Abajo: Joe Manley, Norberto Inchauspe, Fernando Enrique, Hipólito Fink, Sergio Boccadoro y Javier Golden.
Primero es un gusto recibirte en mi casa y un
placer enorme que te hayas acordado de mí, sobre todo para revivir cosas tan
importantes como es el haber jugado 6 años en Sportivo San Salvador, nos decía
la “Tortuga” Norberto Inchauspe cuando llegamos hasta Colón para revivir
momentos llenos de gratos recuerdos. Llegó a Sportivo en el 80 y se quedó hasta
1985.
¿Cómo llegaste a San Salvador?
Todo comienza cuando Jorge Suen que venía a
trabajar a Colón y yo jugaba un torneo de los barrios en C. del Uruguay y lo
invité para que vaya a verme. Le gustó y al otro día habló con Pedro y los dos
vinieron a hablar en esa época cuando estaba haciendo la colimba en la
Prefectura. Y siempre digo las cosas que han hecho los hermanos Suen por
Sportivo es increíble. Por ejemplo, hablaron con el jefe y el sub jefe de la
Prefectura para ver si me podían dar la baja antes o permiso para empezar a
practicar. Y así fue que mientras hacía la colimba empecé a practicar algunos
días.
Después en el año 80 cuando tomamos la
decisión de formalizar con mi actual esposa, Sportivo me facilita la
posibilidad de ir a jugar a San Salvador, en ese momento el que era el equipo
más importante de la provincia de Entre Ríos, con una gran ayuda porque me
consiguieron una casa. Así fue que tuve la suerte de ir a jugar el torneo
Argentino de Clubes con poco tiempo en el equipo. En esa ocasión fuimos a jugar
un triangular a Bahía Blanca. Después al otro año salimos campeones de
selecciones en Villaguay con el equipazo que teníamos. Ahí Sportivo representó
a Entre Ríos en el Argentino de Rosario.
Esos fueron los comienzos y después me
quedaron una cantidad innumerable de muy buenos recuerdos, de muy buena gente,
que las aprecio y las tengo en lo más profundo de mis recuerdos deportivos.
También en lo social porque mis dos hijos nacieron en San Salvador donde
hicimos una muy buena relación con un grupo de amigos fuera del básquet. Por
eso mi recuerdo hacia Sportivo y a San Salvador son muy gratos y valorados.
En esa época llegaste para jugar como base en
un equipo con jugadores de gran calidad.
¿Qué recordás de ese grupo?
Yo siempre jugaba de 2. Era más goleador. Acá
en San José donde jugaba era el Hugo Schnerberger de esa época y me encuentro
que Mario Ríos necesitaba un reemplazante y Pedro Suen me llevó un poco para
que haga de base y prácticamente aprendí la función de base en Sportivo. Fui
aprendiendo cosas de Ríos, del juego, y hoy sigo siendo base y parece que soy
un base natural. Todos me dicen que parece que fui base toda la vida, pero no
hasta los 18 años no fui base, lo hice por una cuestión de necesidad del
equipo. En esos momentos había jugadores como el Polo Fink, el Colorado
Gilardini, Facundo, el Flaco Vallejos, Carlitos Pandiani, Oliva, el Chivo
Rivero que llegó conmigo y si quería jugar un ratito tenía que y hacerlo de
base.
Un equipo que no solo tenía calidad sino mucha
garra para jugar.
Yo siempre digo que para esa época teníamos
jugadores de sobra porque contábamos con 5 o 6 pívots y todos querían y
merecían jugar y estaban en condiciones de hacerlo. El Chivo o yo los que menos
jugábamos nos sentíamos con el derecho de jugar. Eso fue importante porque
había mucha competencia en las prácticas y había alternativas. En la provincia
era demasiado equipo para lo que había.
Que recordás del torneo que ganaron en
Villaguay.
El sábado a la tarde jugamos con C. del
Uruguay, un rival difícil, y ganamos por 1 o 2 puntos. No había tantos
controles de los segundos como ahora y Carlos Pandiani sacó una pelota para
Facundo e hicimos un gol medio de distraído y terminó el partido. Los árbitros
estaban en duda, los jugadores y el técnico de ellos reclamaban, pero un tal
Jotinking que era el jefe de la mesa lo dio por válido. Recuerdo que Pedro Suen
lo abrazaba porque nos dio válido el doble que todos creíamos que era licito,
pero no había ni filmaciones ni nada con que se pueda verificar.
Después a segunda hora jugamos con Paraná que
era el gran cuco. En la misma tarde nos tocaron los dos partidos. Le ganamos
holgadamente y al otro día jugamos la final con Villaguay que fue como un
trámite.
SPORTIVO, SUBCAMPEON DE CLUBES 1982: Humberto Gilardini, Facundo Luna, Norberto Inchauspe, Daniel Eckerdt, Horacio Rivero y Carlos pandiani. Abajo: Hugo Schneberger, Hipólito Fink, Mario Barsi, César Cis, Carlos Zapata y Tito Petit.
Después jugaron los torneos argentinos
De Bahía Blanca soy un agradecido porque pude
ir y no me acuerdo si jugué algún minuto. Nos tocó con Villa Angela y Olimpo y
haber vivido esa experiencia con 18 años fue importantísimo. Creo que con Hugo
López que ya estaba con nosotros le hicimos un favor a Pedro que tenía la
obligación con nosotros por haber conseguido el título, pero también debía
traer algunos refuerzos.
Hicimos un grupo de muy buena gente, con
varios de ellos mantenemos una relación. Por ejemplo, con el Colorado Gilardini
jugamos el Panamericano de Maxi Básquet en Costa Rica. Nos cargaban y nos
decían a esta altura de la vida se vuelven a reencontrar y solo faltaría Pedro
Suen para que los dirija. Después hay muchos viajes y anécdotas.
Cuando ganamos en San Lorenzo de Tostado que
tenían el marcador de los 30 segundos con tres cajones de manzana y estaban
tapados con un papel verde, amarillo y rojo de acuerdo a los segundos. Ganamos
por 4 puntos y cuando terminó salimos corriendo para el colectivo porque el
tipo que hacía los choripanes hacía chispas con la cuchilla en la cancha.
También recuerdo partidos que ganamos en Firmat
porque nos tenían mucho en cuenta. También cuando empezó la Liga jugamos con
Unión en la Tecnológica llena y parecía que nos iban a matar y nos ganaron de
casualidad. En Elortondo te quemaban con el cigarrillo cuando sacabas de
costado, cosas que vivimos juntos con ese lindo grupo.
La pasión de la gente era muy grande.
Sí, era muy importante. Además, el esfuerzo de
los dirigentes uno no lo valora en el momento y si lo hace con el tiempo y nos
damos cuenta de las cosas que se hicieron y cuánto cuestan. En esa época tenía
muy buena relación con casi todos, con Luis Golden que era árbitro y dirigente;
con el querido Gordo Larrarte muy macanudo. Había afinidades con unos y otros y
siempre me trataron bien. Jorge Suen fue el que me llevó y era como mi tutor; y
Pedro con su fanatismo hacia el básquet y su preocupación laboral era admirable
lo que hacía.
Además la gente nos apoyaba mucho, viajaba a
todos lados, era un quilombo, todos querían entrar en una cancha chiquita. Con
el tiempo uno mantuvo una relación con otros jugadores como el Dormilón Ledesma
o el Yuyo García con quienes compartimos el equipo de maxi básquet me dicen que
había que ir a jugar a San Salvador y te daba miedo llegar y entrar con la
cancha llena. Por ahí uno no se daba cuenta pero con el tiempo se valoran más.
Hoy seguís en el básquet
Nunca dejé de jugar al básquet porque cuando
me viene de San Salvador me trajo San José en la época de Volcan Sánchez, de
quien soy un agradecido porque me hizo adelantar de un día para el otro muchos
años en el básquet. Jugué cuatro años con San José y salimos campeones
provinciales y a los 30 años me retiré porque por mi profesión no podía andar
viajando tanto. Volcan llegó a San Salvador por un contacto mío con Jorge Suen.
Después jugué un tiempo en Paysandú y 6 años
en el equipo de Senior de Paysandú yendo a practicar dos o tres veces por
semana. Y hace 12 años armamos el equipo de Maxi Básquet del departamento
Colón, con los hermanos Del Valle de Gualeguaychú, el Dormilón Ledesma, el Yuyo
García, y otros que viene de Uruguay. Gracias a Dios tuvimos mucha suerte, en
lo personal y he tenido la posibilidad de viajar a jugar a Australia con
Paysandú donde ganamos la medalla de oro en el 2000, el panamericano de
Montevideo, de Puerto Montt, el de Perú y este año fuimos a jugar el
Panamericano de Costa Rica. Hace 3 años fui a jugar el mundial en la categoría
Max 45 en Grecia, luego el mundial en Disney el año pasado. Este año fuimos al
de Max 50 y el año que viene tenemos el Mundial de Maxi Básquet en Italia en julio
y en el 2018 el Panamericano en Natal, Brasil. Así que todo aquel que tenga
ganas de jugar hay mucha actividad.
La Federación Internacional de Maxi Básquet es
un ente muy organizado y recién recibí la confirmación que en la última reunión
del FIMBA en Costa Rica me designaron delegado
argentino ante la Federación. Siempre seguí muy vinculado al básquet y
ahora con este premio es un orgullo y mientras el físico me lo permita voy a
seguir jugando algunos años más.
Fernando Rodríguez para la edición especial
con motivo de los 70 años de Sportivo San Salvador.
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